lunes, 29 de abril de 2013

Adaptarse al cambio como reto de las empresas contemporáneas Autor: Mayra Ruiz Gestión del cambio 25-04-2013 Hay una frase que usan muchos, y en su momento yo me hice eco de ella; “lo único permanente es el cambio”…si eso fuera así realmente, viviríamos en un caos eterno y en un estado de pánico en que los sicólogos no darían abasto, lo que sí es seguro es que debemos innovar y adaptarnos, con inteligencia y discernimiento. Sucede que el desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, el más acelerado, nos “lleva de la mano y corriendo”, y es difícil seguirlo a ese ritmo, nos volveríamos tecnócratas a la caza de la cualquier versión Beta; debemos seguir estudiando, actualizándonos, preparándonos y no cejar en llevar a la práctica algo que a muchos resulta difícil - pues rompe con lo habitual - “desaprender para re-aprender”, y eso hacerlo con una mente abierta, que es como únicamente la mente funciona, como los paracaídas, como sentenció Albert Einstein. Hay organizaciones que sueñan, que aspiran a metas grandiosas, y que además no dejan de aprender, en ellas se respiran la formalidad, el compromiso, las buenas prácticas, el aprendizaje y las acciones que así lo confirman, entre otros; todo esos sueños están en la mente y visión de los fundadores, de los líderes que son impulsados por sus valores; para que esos sueños se puedan materializar, ellos tienen muy en cuenta a los actores principales, los recursos humanos que colaboran con ellos. Los líderes de esas empresas sueñan con servir más a los clientes, producir más y mejor, alinear sus intereses como organización con los de los empleados, ser el número uno en el mercado, el líder del sector…, como refleja la Visión de muchas de estas empresas, y para lograrlo deben de habituarse al entorno, ser creativos, innovadores, visionarios, readaptarse como un camaleón y valorar varias opciones como diferentes alternativas de solución, para poder hacer realidad esos sueños, y a pesar de los tantos cambios que nos rodean, tener la habilidad de superar el “caos” consecuente. Los tiempos cambian, la gente piensa más, se “obedece” menos, y a pesar de todo, aunque son empresas que ganan, pueden resultar organizaciones menos rentables a la larga, pues aunque se invierta mucho en capacitaciones y tecnología, el impacto en la empresa y en los colectivos de trabajo no satisface las expectativas esperadas. En los últimos 15 – 20 años el mundo empresarial ha cambiado sobremanera, cuanto más se logren desarrollar las personas a sí mismas, cuanto más le instruyamos y se capaciten - acompañándolas para que logren ser lo mejor que puedan llegar a ser - más valiosas serán como seres humanos, y con mayor rendimiento, aportarán más a la empresa. El Coaching es uno de los medios que mayor relación costo/beneficio impacta en las empresas, dado que pone su énfasis en las potencialidades de la gente, en sus habilidades, en esos recursos que poseemos y que no nos damos cuenta que tenemos. Las exigencias del mercado, la competitividad requerida y la sostenibilidad necesaria para sobrevivir, requiere de empresas que sueñen, no solo que aprendan, que sueñen y que cuenten entre sus empleados con personas que tomen cada día pequeñas decisiones de calidad y vayan trazando juntos el camino del éxito, modelando actitudes responsables y comprometidas a partir de sus potencialidades reales, de cuan mejores pueden llegar a ser. Hay una anécdota que ha circulado por Internet, acerca de una ranita hervida…la ranita cayó en una olla de agua fría recién puesta al fogón y que se calentaba a fuego lento… mientras la rana estuvo en el agua fría, se mantuvo saltando en su hábitat conocido, cómodo,…el agua, ya tibia la fue relajando... tanto se confió y relajó que no supo cuando el agua, en su punto de ebullición, la mató…atención con esos paradigmas…”para qué cambiar si me ha ido bien todos estos años…”, es cierto la empresa NO ha perdido, y no se ha preguntado usted, ¿CUÁNTO HA DEJADO DE GANAR?¿SE ATREVE A SOÑAR? Lo acompaño, todos soñamos
Incidencia del Satismo en las organizaciones Por: Reyna Hiraldo PhD En días pasados escuché a un comunicador muy prestigioso utilizar en un argumento la palabra “Satismo”, y confieso que me llamó mucho la atención en relación al contexto en que lo usó y al enfoque que le dio. En primer lugar voy a plantear mi concepción de “Satismo“: desde mi óptica lo entiendo como: un exceso de complacencia en actos, actividades y a personas. Un fanatismo enfermo o exceso de simpatía expresada a líderes o superiores. En este artículo me quiero referir a la forma cómo incide el “satismo” en el desarrollo de las organizaciones. En consecuencia plantearé algunas áreas y procesos que son afectadas de manera directa en las organizaciones con el exceso del mismo: • Evaluación y autoevaluación, ya que nunca se sabe si se están proveyendo informaciones sinceras o si por un alto grado de complacencia se está diciendo lo que los demás quieren oír y de esa forma estar bien con todos. Este planteamiento crea el dilema a los líderes en función de no saber quien dice la verdad o quien la distorsiona. • La armonía Institucional: en este caso, el colectivo siempre va a querer seguir la cultura del que es más sato, ya que internamente se cree que éste está más congraciado con los gerentes y es un modelo que hay que replicar. Situación que muchas veces tiende a atosigar al líder y puede llegar a generar celos y disputas profesionales. • La competencia sana: el exceso de satismo tiende a crear una competencia desleal, al grado de generar un delirio de persecución al máximo, ya que se cree que quien no dice o actúa como el “sato” está en contra de los planes de mejoras en las organizaciones. • La Crítica Constructiva: las personas tienden a sumarse al planteamiento del sato de que todo está bien y de que esa es la mejor forma por medio a emitir una opinión que les haga caer en desgracia con las autoridades superiores. Las personas tienden a limitar sus opiniones a la generalidad por miedo a hacer críticas que no estén en correspondencia con los comportamientos observados. • La comunicación Interna: el “satismo” tiende a desinformar al colectivo y evita muchas veces la participación activa y equitativa en actividades y procesos, ya que el Sato es quien cuenta con el mayor grado de simpatía y que es él quien maneja la mayor cantidad de información y quien ejerce mayor influencia en los jefes. En definitiva fanatismo del Sato tiende a ir en detrimento de procesos y personas, ya que el sato es el primero que indica “yo estoy de acuerdo con esa idea”, sin siquiera haberla comprendido, es aquel que dice “a sus pies mi am@, sus deseos son ordenes”, Yo puedo, yo hago, yo tengo, yo quiero, pero a la hora de necesitarlo, nunca puede, nunca tiene, nunca hace o nunca quiere. ¿Cómo romper con este comportamiento en las organizaciones?, la verdad es que no tengo la menor idea, sin embargo me atrevería a sugerir lo siguiente: • Evitar ser objeto de lambonismos y tumbapolvismo excesivos; • Reconocer en su justa dimensión las acciones encaminadas al crecimiento de la institución otorgando los créditos a quienes realmente lo merecen; • Manifestar una cultura de equidad y justicia distribuida entre todo el colectivo; • Respaldar los valores reales de la lealtad y la fidelidad sincera y • Neutralizar los comportamientos de satismo o exceso de complacencia en el trabajo. Naturalmente esto solo son algunas ideas que pueden servir si el líder no es propenso a proliferación del SATISMO. ¡!!!